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domingo, 25 de agosto de 2013

Sobre la vida desperdiciada


sé amable

siempre se nos pide
ser comprensivos con la situación de las
otras personas
sin importar qué tan
anticuadas
estúpidas o
repulsivas [resulten].

se nos pide
contemplar
la suma de sus errores
sus vidas desperdiciadas
con
benevolencia,
especialmente si se trata
de personas ancianas.

pero nuestra vejez refleja la totalidad
de nuestras acciones.
ellos envejecieron de una
mala manera
porque
vivieron
fuera de foco,
se negaron a
ver.

¿que no es culpa de ellos?

¿de quién es la culpa?
¿mía?

se me pide que disimule
frente a ellos
mi punto de vista
por el miedo a su
propio miedo.

no es un crimen envejecer

pero padecer la vergüenza
de haber desperdiciado
deliberadamente
sus vidas

en medio de tantas
vidas
desperdiciadas
deliberadamente

lo es.


Fuente: Charles Bukowski, The last night of the earth poems

jueves, 24 de enero de 2013

La esperanza de Bukowski de que nuestra civilización tome otro rumbo


la hora de la verdad


demasiado[,]
muy poco

muy gordo[,]
muy flaco
o un don nadie

risas
o lágrimas

resentidos[,]
amantes

extraños con caras
de cabeza
de tachuela

ejércitos corriendo a través
de calles bañadas en sangre
agitando botellas de vino
violando y pasándoles las bayonetas
a las vírgenes

o un viejo en una habitación de motel barato
con una fotografía de M. Monroe

la soledad en este mundo es tan grande
que puedes contemplarla al ritmo lento de
las manecillas del reloj

la gente está tan cansada[,]
mutilada
tanto por amor como por desamor

la gente simplemente no es buena entre sí
una con otra

los ricos no son buenos con los ricos
los pobres no son buenos con los pobres.

tenemos miedo.

nuestro sistema educativo nos dice
que todos podemos ser
unos ganadores presuntuosos.

[pero] no nos dice nada
sobre la bajeza
o el suicidio

o sobre la picazón que en un solo sitio
le puede provocar el miedo
a una persona

intocable
inefable

regando una planta

la gente no es buena entre sí
la gente no es buena entre sí
la gente no es buena entre sí

supongo que nunca lo será
no pido que lo sea.

pero algunas veces pienso en
ello.

los abalorios seguirán meciéndose
las nubes seguirán nublándonos
y los asesinos seguirán decapitando niños
como si se tratara de darle una mordida a un cono de helado

demasiado
muy poco
muy gordo
muy flaco
o un don nadie

más resentidos que amantes

la gente no es buena entre sí
quizás si lo fuera
nuestras muertes no serían tan tristes

mientras tanto miro a unas jovencitas[,]
vástagos[,]
flores de oportunidades.

tiene que haber algún modo

seguramente hay un modo en el que todavía
no hemos pensado

¿quién puso este cerebro dentro de mí?

ruega
exige
afirma que debemos tener alguna oportunidad

se niega a decir
“no”






lunes, 7 de enero de 2013

Conversación de Bukowski con una serpiente


cuando esperas que el amanecer se arrastre por detrás del biombo para quitarte la vida como un ladrón

la serpiente se arrastraba fuera de la madriguera,
y me dijo,
cuéntame de
ti.

y
le respondí,
fui abatido
hace mucho
en un callejón
en otro
mundo.

y me dijo,
todos
nos parecemos a los cerdos
azotados durante un trecho del camino,
nuestros
cerebros de grama
cantando
se dirigen hacia la
espada.

por
dios,
le contesté,
tú sí que eres
extraña.

[entonces] nos
sentamos
a fumar
cigarrillos
a las
5
de la madrugada. 

Dos poemas sobre el arte (de Bukowski)


los habladores

recorriendo con sus pies enlodados mi alma
el chico
habla de recitales, virtuosismo, directores de orquesta,
las novelas menos conocidas de Dostoyevsky;
habla sobre cómo corrigió a una mesera,
a un tajador que no sabía que el aderezo francés
se componía de esto y de aquello;
parlotea sobre Arte hasta
hacerme odiar al Arte,
y no hay nada más decente
que regresar al bar o
al hipódromo y observar las carreras,
observar cómo marchan las cosas sin tanto
clamor y cháchara;
hablar, hablar, hablar,
la boca diminuta moviéndose, los ojos parpadeando,
un chico, un niño, enfermo por el Arte,
asiéndose a éste como si se tratara de las faldas de una madre,
y me pregunto cuántas decenas de miles
habrán como él a lo largo del país
en las noches lluviosas
en las mañanas soleadas
en las tardes destinadas a la paz
en las salas de concierto
en los cafés
en los recitales de poesía
hablando, ensuciando, discutiendo.

es como un puerco que se acuesta
con una buena mujer
lo cual te hace
dejar de desear a la mujer.


arte

cuando
declina
el espíritu
emerge
la forma.