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domingo, 25 de noviembre de 2012

Dos poemas de Bukowski sobre aves



el sinsonte

el sinsonte siguió al gato
todo el verano
burlándose burlándose burlándose*
provocativo y presuntuoso;
el gato [tan sólo] se arrastraba bajo mecedoras y cobertizos
mostrando la cola
dirigiéndole al sinsonte palabras agrias
que no pude comprender

ayer [vi] llegar al gato tranquilamente por la entrada de la cochera
con el sinsonte en su boca todavía vivo,
agitando sus alas, agitándolas y dando golpes secos con sus hermosas alas,
con sus plumas separadas como las piernas de una mujer,
y el ave había dejado de burlarse,
rogaba, suplicaba
pero el gato
dando zancadas cuesta abajo a través de los siglos
no quiso escucharlo.

lo vi arrastrarse debajo de un auto amarillo
con el ave[,]
desplazándola a otro sitio.

el verano había terminado.


* En inglés se llama al sinsonte “mockingbird” Literalmente podría traducirse como “pajarillo burlón”. Las referencias a las burlas del ave en el tercer verso del poema (“/mocking mocking mocking/”) forman parte por lo tanto de un juego de palabras intraducible al español.




el azulejo**

hay un azulejo en mi corazón
que tiene ganas de salir
pero soy demasiado duro con él,
le digo, quédate ahí dentro, no permitiré
que te vea
nadie.

hay un azulejo en mi corazón
que tiene ganas de salir
pero le vierto whiskey e inhalo
humo de cigarro
y las putas y los cantineros
y los empleados de las tiendas de abarrotes
no saben
que está
ahí.

hay un azulejo en mi corazón
que tiene ganas de salir
pero soy demasiado duro con él,
le digo,
debes contenerte, ¿tienes ganas
de fastidiarme?
¿tienes ganas de echar a perder todo
mi trabajo?
¿tienes ganas de arruinar mis ventas de libros en
Europa?

hay un azulejo en mi corazón
que tiene ganas de salir
pero soy muy astuto, tan sólo lo suelto
algunas veces de noche
cuando todos duermen.
le digo, sé que estás ahí,
así que no te pongas
triste.

entonces lo encierro otra vez,
pero sigue cantando un poco
ahí dentro, no le he dejado morir
del todo
y así dormimos
juntos
con nuestro
pacto secreto
y es tan bello
que podría hacer a un hombre
llorar, pero yo no
lloro, ¿y
tú?



**El azulejo (”Bluebird”) es un ave que habita en Canadá, Estados Unidos, México y en algunas partes de Centroamérica. De color predominantemente azulado, una de sus especies se distingue por su hermoso canto. En inglés el color azul es sinónimo de tristeza, por lo que evidentemente el poema de Bukowski hace alusión a este sentimiento, el cual reconoce de esta manera que se esconde bajo su imagen de borracho empedernido y de tipo rudo y vulgar que lo caracterizó públicamente cuando alcanzó la fama gracias a su obra literaria.





Fuente: Charles Bukowski, The pleasures of the damned
Traducción: Lucio Arreola Barroso


domingo, 11 de noviembre de 2012

El último poema de Charles Bukowski


                                                   #1*

oh, perdónenme, por aquél por quien resuenan las campanas,
oh, perdóname, Hombre que caminaste sobre las aguas,
oh, perdóname, diminuta viejecita que habitaste en un zapato,
oh, perdóname, montaña que bramaste a la medianoche,
oh, perdónenme, sonidos sordos de la noche, del día y de la muerte,
oh, perdóname, muerte de la última pantera hermosa,
oh, perdónenme, todos los navíos hundidos y todos los ejércitos derrotados,
este es mi primer POEMA ENVIADO POR FAX.
ya es muy tarde:
he sido
abatido.

*El poema fue enviado por Charles Bukowski a su agente el 18 de febrero de 1994 por medio de un fax que recién había instalado en su casa. Moriría 18 días después a la edad de 73 años.

Fuente: Pijamasurf (en donde aparece publicada la versión en inglés del mismo poema):

viernes, 9 de noviembre de 2012

Un poema de Bukowski sobre el bullying


los eternos patios de recreo


los patios de recreo eran un espectáculo de terror: los bravucones, los
raros
las palizas contra la cerca de alambre
nuestros compañeros de clase mirando
contentos de no ser ellos las víctimas;
nos apaleaban bien y bonito
una y otra vez
y después
seguían
burlándose de nosotros todo el camino a casa en donde frecuentemente
nos aguardaban más palizas.

en el patio de recreo los bravucones definitivamente hacían su ley,
y en los baños y
en los bebederos eran
nuestros dueños y nos repudiaban a su voluntad
pero nos mantuvimos fuertes a nuestro modo
nunca rogamos por misericordia
y afrontábamos las cosas con rectitud
y en silencio
el terror nos iba endureciendo
un terror al que más tarde le daríamos un buen uso
y curiosamente
conforme nos fuimos haciendo más fuertes y más valientes
los bravucones paulatinamente comenzaron a retirarse.

primaria
secundaria
preparatoria
crecimos como plantas extrañas y descuidadas
nutriéndonos como podíamos
floreciendo con el tiempo
y más tarde cuando los bravucones intentaron ser nuestros amigos
los rechazamos.

luego llegó la universidad
en donde bajo un nuevo régimen
los bravucones se disolvieron casi completamente
aumentó nuestro número y el suyo se redujo.

pero entonces surgieron otro tipo de bravucones
los profesores
a quienes había que enseñar la dura lección que nosotros habíamos aprendido
brillábamos con rabia
con magnificencia y sin complicaciones
las alumnas del colegio quedaban consternadas ante nuestra resolución
y nuestro descaro
pero nosotros las pasábamos de largo
esperando por las luchas más grandes que aún nos aguardaban ahí afuera.

luego cuando tuvimos que afrontarlas ahí afuera
fue una vez más con la espalda contra la cerca
enfrentándonos nuevamente con otros bravucones
profundamente arraigados en la sociedad
jefes y personajes similares
que tratarían de ponernos en nuestro lugar en las décadas que estarían por venir
por lo que comenzábamos todo siempre de nuevo
en la calle
y en pequeñas e insanas habitaciones
habitaciones siempre oscuras [aun] a mediodía
duramos y duramos así por años
pero nuestro entrenamiento anterior nos permitió subsistir.

y después de lo que parecía
una eternidad
finalmente vislumbramos la luz que nos condujo al final del túnel.

fue una victoria insignificante aunque satisfactoria
sin cantos para vanagloriarnos porque
sabíamos que habíamos obtenido nuestras ganancias poco a poco
y que habíamos luchado muy duro para llegar a ser libres
tan sólo por el placer de serlo.

pero incluso hoy mantenemos viva la imagen del conserje de la escuela primaria
con su escoba
y su rostro fatigado;
conservamos viva la imagen de las niñitas de rizados
y relucientes cabellos cuidadosamente cepillados
con sus vestidos recién almidonados;

la imagen de los rostros de los profesores
replegados en su profunda tristeza;

recordamos el sonido del timbre de recreo;
el césped y el campo de baseball;
la cancha de volleyball y su red blanca;
la sensación del sol brillando allá en lo alto
vertiéndonos sus rayos como el jugo de una mandarina gigante.

y pasó mucho tiempo antes de que pudiéramos olvidar
a Herbie Aschcroft
nuestro principal verdugo
sus puños tan duros como rocas
arrinconándonos contra la cerca de alambre
mientras escuchábamos los ruidos de los automóviles que pasaban sin detenerse
y percibíamos como el mundo a nuestro alrededor seguía girando
sin que rogáramos por misericordia
y al regresar un día tras otro y tras otro y tras otro
a nuestras clases
las niñitas nos contemplaban tan tranquilas y seguras
al ocupar sus asientos
en aquél salón repleto de pizarrones y de tiza
mientras pendíamos lúgubremente de nuestro obstinado desdén
a causa de todo aquel terror y toda esa lucha
aguardando por algo mejor
que pudiera reconfortarnos
en aquél inolvidable
mundo de escuela primaria.