Los poemas que se presentan a continuación fueron extraídos de la compilación póstuma titulada: "the pleasure of the damned". La traducción al español es mía.
para Jane: con todo el amor que le tuve,
el cual no fue suficiente:
recojo la falda,
recojo las brillantes perlas
negras
que se movieron alguna vez
sobre su carne,
y llamo a Dios un mentiroso,
le digo que cualquier cosa que se moviera
así
o supiera
mi nombre
no podrá morir nunca
en la verdad común de la muerte,
y recojo
su encantador vestido,
con todo su encanto ido,
y le hablo
a todos los dioses,
dioses judíos, dioses cristianos,
esquirlas de cosas parpadeantes,
ídolos, pastillas, pan,
brazas, riesgos,
rendición entendida;
ratas en la salsa de 2 vueltos bastante locos
sin ninguna oportunidad,
conocimientos de colibrís, oportunidades de colibrís,
me apoyo en esto,
me apoyo en todo esto
y [re]conozco:
su vestido en mi brazo:
pero
nada podrá
devolvérmela.
aviso
los cisnes se han ahogado en agua sentina,
tírense las señales,
pruébese el veneno,
que sea cercada la vaca
lejos del toro,
la peonía del sol,
llévense los besos lavanda de mis noches,
desalojen a las sinfonías de las calles
como a mendigos,
que queden los clavos listos,
azotadas las espaldas de los santos,
aturdidas las ranas y los ratones para el gato,
incineradas las pinturas cautivadoras,
meados los amaneceres,
mi amor
ha muerto.
para Jane
225 días bajo tierra
y sabes más que yo.
ha quedado consumida desde hace mucho tu sangre,
eres un palo seco en una canasta.
¿así es como esto funciona?
en esta habitación
las horas de amor
todavía hacen sombra.
cuando te marchaste
te llevaste casi
todo.
me arrodillo en las noches
ante los tigres
que no me dejarán ser.
lo que fuiste
no será otra vez.
los tigres me han encontrado
[pero] no me importa.
elogio a una gran mujer
algunos perros mientras duermen en la noche
deben soñar con huesos
y yo recuerdo tus huesos
[forrados] en carne
y mejor aún
en ese vestido verde oscuro
y en esos negros y brillantes
tacones altos,
siempre maldecías cuando
bebías,
con tu cabello cayéndose
[y] queriendo hacer estallar
lo que te retenía:
memorias podridas de un
podrido
pasado, de las que
finalmente
escapaste
con la muerte,
dejándome con un
podrido
presente;
has estado muerta
por 28 años
[y] todavía te recuerdo
mejor que a cualquier
otra;
fuiste la única
que entendió
la futilidad de los
acuerdos de la
vida;
todas las demás sólo se sintieron
molestas con
cuestiones triviales,
quejándose
sin sentido sobre
cosas sin sentido;
Jane, te
mató
saber tanto.
bebo un trago
en honor a tus huesos
con los que
este perro
sigue
soñando.
mosca de bar
Jane, quien ha estado muerta por 31 años
nunca se hubiera podido
imaginar que yo escribiría un libreto sobre nuestros días
de borracheras juntos
ni
que serían convertidos en una película
ni
que una hermosa estrella de cine interpretaría su
papel.
parece que escucho a Jane en este momento: “¿una hermosa estrella de cine? ¡Oh,
por el amor de Dios!”
Jane, esto es el negocio del espectáculo, así que vuélvete a dormir querida, porque
sin importar cuánto ellos hubieran intentado
simplemente no habrían podido encontrar a alguien exactamente como
tú.
y yo tampoco he
podido.
Un Poema de Amor
todas las mujeres
todos sus besos las
diferentes formas en las que te aman y
te hablan y te necesitan.
sus orejas todas ellas tienen
orejas y
gargantas y vestidos
y zapatos y
automóviles y ex-
esposos.
la mayoría
de las mujeres son muy
cálidas me recuerdan a las
tostadas con mantequilla con la mantequilla
derretida
en ellas.
hay cierta mirada en sus
ojos: han sido
tomadas han sido
engañadas. no sé muy bien qué
hacer por
ellas.
soy
un cocinero decente un buen
escucha
pero nunca aprendí a
bailar –estuve ocupado
con otras cosas más importantes
pero disfruto de sus distintas
camas
fumando cigarros
contemplando sus
techos. nunca fui cruel
o injusto: tan sólo
un estudiante.
sé que todas ellas tienen estos
pies y descalzos van a través del piso mientras
miro sus tímidos traseros en la
oscuridad. sé que les gusto, algunas incluso
me han amado
pero he amado a
muy pocas.
algunas me dan naranjas y tabletas con vitaminas;
otras hablan quedamente de
su infancia y de sus padres y
de paisajes; algunas están algo
locas pero ninguna de ellas carece
de importancia; algunas son buenas
amantes, otras no
tanto; las mejores teniendo sexo no son siempre las
mejores en otras
cosas; cada una tiene sus límites al igual que yo tengo
mis límites y aprendemos
uno del otro
rápido.
todas las mujeres todas las
mujeres todas las
habitaciones
las mantas las
fotos las
cortinas, son
algo parecido a una iglesia sólo
que algunas veces
más ruidosas.
esas orejas esos
brazos esos
codos esos ojos
mirando, el cariño y
los defectos he sido
suyo he sido
suyo.
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domingo, 25 de abril de 2010
viernes, 2 de abril de 2010
Primera serie de poemas
La traducción de esta primera selección es de un servidor. Para leer los poemas que la integran, en su idioma original, puede consultarse la siguiente fuente: http://www.poemhunter.com/charles-bukowski/
una sonrisa para recordar
teníamos peces dorados que daban vueltas y vueltas en círculos
en un estanque sobre la mesa cerca de las pesadas cortinas
que cubrían la ventana laminada y
mi madre, siempre sonriendo, queriendo que todos nosotros
fuésemos felices, me decía, "¡sé feliz Henry!"
y estaba en lo cierto: es mejor ser feliz si
se puede
pero mi padre continuaba golpéandonos a ella y a mí varias veces a la semana mientras
se embravecía por dentro su armatoste de 6.2 pies porque no podía
comprender que era lo que lo atormentaba en su interior
mi madre, pobre pez,
queriendo ser feliz, recibiendo palizas dos o tres veces a la
semana, diciéndome que fuera feliz: "¡Henry, sonríe!
¿Por qué nunca sonríes?"
y entonces ella sonreía, para mostrarme cómo hacerlo, y era la
sonrisa más triste que jamás haya visto
un día todos los peces dorados murieron, los cinco,
flotaban en el agua, sobre sus costados, con sus
ojos aún abiertos,
y cuando mi padre llegó a casa se los lanzó a los gatos
ahí mismo en el piso de la cocina y nosotros contemplábamos mientras mi madre
sonreía
crudos con amor
chiquilla morena de
afables ojos
cuando llegue el momento de
usar la navaja
no me turbaré y
no te echaré
la culpa,
cuando vaya manejando a la orilla solo
mientras las palmas se agitan [en un adiós],
las feas y pesadas palmas,
los vivos no lleguen
los muertos no se marchen,
no te echaré la culpa,
en vez de eso
recordaré los besos
nuestros labios crudos con amor
y cómo tú me diste
todo lo que tenías
y cómo yo te
ofrecí cuanto quedaba de
mí,
y recordaré tu pequeño cuarto
tu tacto
la luz de la ventana
tus grabaciones
tus libros
nuestro café de la mañana
nuestras tardes nuestras noches
nuestros cuerpos echados juntos
durmiendo
las diminutas corrientes prolongadas
continuas e incesantes
tu pierna mi pierna
tu brazo mi brazo
tu sonrisa y el calor
tuyo
que me hizo reír
de nuevo.
chiquilla morena de afables ojos
tú no tienes ninguna
navaja. la navaja es
mía pero no la usaré
aún.
solo con todos
la carne cubre el hueso
y alguien pone una mente
en ella y
en ocasiones un alma,
y las mujeres rompen
floreros en las paredes
y los hombres beben
demasiado
y nadie encuentra el
amor verdadero
pero siguen
buscando
arrastrándose dentro y fuera
de las camas.
carne cubre
al hueso y la
carne busca
más que
carne
no hay ninguna
oportunidad:
estamos todos atrapados
por un singular
destino
nadie encuentra jamás
el amor verdadero
se llena el vertedero de la ciudad
se llenan los deshuesaderos
se llenan los manicomios
se llenan los cementerios
pero nada nos
llena.
el genio de la multitud
hay suficiente perfidia, odio, violencia y arbitrariedad en el ser humano
promedio como para suplir a cualquier ejército cualquier día
y los mejores en el asesinato son aquellos que predican en su contra
y los mejores odiando son aquellos que predican el amor
y los mejores en la guerra son finalmente aquellos que predican la paz
aquellos que predican a dios, necesitan a dios
aquellos que predican la paz no tienen paz
aquellos que predican la paz no tienen amor
cuidado con los predicadores
cuidado con los sabiondos
cuidado con aquellos que siempre están leyendo libros
cuidado tanto con aquellos que detestan la pobreza
como con aquellos que se enorgullecen de ella
cuidado con aquellos que fácilmente hacen elogios
porque necesitan elogios a cambio
cuidado con aquellos que fácilmente censuran
están asustados de lo que no conocen
cuidado con los que buscan constantemente las multitudes porque
no son nada estando solos
cuidado con el hombre promedio con la mujer promedio
cuidado con su amor, su amor es promedio
busca lo promedio
pero hay un genio en su odio
hay suficiente genio en su odio como para matarte
como para matar a quien sea
no queriendo la soledad
no entendiendo la soledad
intentarán destruir cualquier cosa
que difiera de ellos
no siendo capaces de crear arte
no entenderán el arte
tomarán su fracaso como creadores
sólo como un fracaso del mundo
no siendo capaces de amar completamente
creerán que tu amor es incompleto
y entonces te odiarán
y su odio será perfecto
como un diamente reluciente
como un cuchillo
como una montaña
como un tigre
como una cicuta
su arte más refinado
entrenando
Van Gogh se cortó la oreja
para dársela a una
prostituta
que la arrojó lejos con
extrema
repugnancia.
Van, las putas no quieren
orejas
quieren
dinero.
Supongo que por eso eras
tan gran
pintor: no
entendías de
muchas otras
cosas.
sí sí
cuando Dios creó el amor no nos ayudó
cuando Dios creó a los perros, no ayudó a los perros
cuando Dios creó a las plantas eso fue ordinario
cuando Dios creó el odio adquirimos una utilidad estándar
cuando Dios me creó él me creó
cuando Dios creó al mono estaba amodorrado
cuando él creó a la jirafa estaba borracho
cuando él creó los narcóticos estaba drogado
y cuando él creó el suicidio cayó bajo
cuando él te creo a ti recostada en la cama
él sabía lo que estaba haciendo
estaba borracho y estaba drogado
y creó las montañas y el mar y el fuego al mismo tiempo
cometió algunos errores
pero cuando te creó recostada en la cama
se vino sobre todo su bendito universo
a la puta que se robó mis poemas
algunos dicen que en un poema deberían ocultarse los
remordimientos personales,
mantenerlo abstracto, y para esto hay algunas razones,
pero jesús;
doce poemas perdidos y no guardo copias y tienes
también
mis pinturas, las mejores; es agobiante:
¿intentas acabar conmigo como con el resto de ellos?
¿por qué no tomaste mi dinero? comúnmente lo hacen,
de mis pantalones para dormir alcoholizados y nauseabundos en la esquina.
la próxima vez llévate mi brazo izquierdo o un billete de cincuenta
pero no mis poemas:
no seré Shakespeare
pero un día simplemente
no habrán más, abstractos o de otra clase;
siempre habrá dinero y putas y ebrios
hasta que caiga la última bomba,
pero como diría Dios,
cruzándose de piernas,
veo que he creado demasiados poetas
pero no tanta
poesía.
una sonrisa para recordar
teníamos peces dorados que daban vueltas y vueltas en círculos
en un estanque sobre la mesa cerca de las pesadas cortinas
que cubrían la ventana laminada y
mi madre, siempre sonriendo, queriendo que todos nosotros
fuésemos felices, me decía, "¡sé feliz Henry!"
y estaba en lo cierto: es mejor ser feliz si
se puede
pero mi padre continuaba golpéandonos a ella y a mí varias veces a la semana mientras
se embravecía por dentro su armatoste de 6.2 pies porque no podía
comprender que era lo que lo atormentaba en su interior
mi madre, pobre pez,
queriendo ser feliz, recibiendo palizas dos o tres veces a la
semana, diciéndome que fuera feliz: "¡Henry, sonríe!
¿Por qué nunca sonríes?"
y entonces ella sonreía, para mostrarme cómo hacerlo, y era la
sonrisa más triste que jamás haya visto
un día todos los peces dorados murieron, los cinco,
flotaban en el agua, sobre sus costados, con sus
ojos aún abiertos,
y cuando mi padre llegó a casa se los lanzó a los gatos
ahí mismo en el piso de la cocina y nosotros contemplábamos mientras mi madre
sonreía
crudos con amor
chiquilla morena de
afables ojos
cuando llegue el momento de
usar la navaja
no me turbaré y
no te echaré
la culpa,
cuando vaya manejando a la orilla solo
mientras las palmas se agitan [en un adiós],
las feas y pesadas palmas,
los vivos no lleguen
los muertos no se marchen,
no te echaré la culpa,
en vez de eso
recordaré los besos
nuestros labios crudos con amor
y cómo tú me diste
todo lo que tenías
y cómo yo te
ofrecí cuanto quedaba de
mí,
y recordaré tu pequeño cuarto
tu tacto
la luz de la ventana
tus grabaciones
tus libros
nuestro café de la mañana
nuestras tardes nuestras noches
nuestros cuerpos echados juntos
durmiendo
las diminutas corrientes prolongadas
continuas e incesantes
tu pierna mi pierna
tu brazo mi brazo
tu sonrisa y el calor
tuyo
que me hizo reír
de nuevo.
chiquilla morena de afables ojos
tú no tienes ninguna
navaja. la navaja es
mía pero no la usaré
aún.
solo con todos
la carne cubre el hueso
y alguien pone una mente
en ella y
en ocasiones un alma,
y las mujeres rompen
floreros en las paredes
y los hombres beben
demasiado
y nadie encuentra el
amor verdadero
pero siguen
buscando
arrastrándose dentro y fuera
de las camas.
carne cubre
al hueso y la
carne busca
más que
carne
no hay ninguna
oportunidad:
estamos todos atrapados
por un singular
destino
nadie encuentra jamás
el amor verdadero
se llena el vertedero de la ciudad
se llenan los deshuesaderos
se llenan los manicomios
se llenan los cementerios
pero nada nos
llena.
el genio de la multitud
hay suficiente perfidia, odio, violencia y arbitrariedad en el ser humano
promedio como para suplir a cualquier ejército cualquier día
y los mejores en el asesinato son aquellos que predican en su contra
y los mejores odiando son aquellos que predican el amor
y los mejores en la guerra son finalmente aquellos que predican la paz
aquellos que predican a dios, necesitan a dios
aquellos que predican la paz no tienen paz
aquellos que predican la paz no tienen amor
cuidado con los predicadores
cuidado con los sabiondos
cuidado con aquellos que siempre están leyendo libros
cuidado tanto con aquellos que detestan la pobreza
como con aquellos que se enorgullecen de ella
cuidado con aquellos que fácilmente hacen elogios
porque necesitan elogios a cambio
cuidado con aquellos que fácilmente censuran
están asustados de lo que no conocen
cuidado con los que buscan constantemente las multitudes porque
no son nada estando solos
cuidado con el hombre promedio con la mujer promedio
cuidado con su amor, su amor es promedio
busca lo promedio
pero hay un genio en su odio
hay suficiente genio en su odio como para matarte
como para matar a quien sea
no queriendo la soledad
no entendiendo la soledad
intentarán destruir cualquier cosa
que difiera de ellos
no siendo capaces de crear arte
no entenderán el arte
tomarán su fracaso como creadores
sólo como un fracaso del mundo
no siendo capaces de amar completamente
creerán que tu amor es incompleto
y entonces te odiarán
y su odio será perfecto
como un diamente reluciente
como un cuchillo
como una montaña
como un tigre
como una cicuta
su arte más refinado
entrenando
Van Gogh se cortó la oreja
para dársela a una
prostituta
que la arrojó lejos con
extrema
repugnancia.
Van, las putas no quieren
orejas
quieren
dinero.
Supongo que por eso eras
tan gran
pintor: no
entendías de
muchas otras
cosas.
sí sí
cuando Dios creó el amor no nos ayudó
cuando Dios creó a los perros, no ayudó a los perros
cuando Dios creó a las plantas eso fue ordinario
cuando Dios creó el odio adquirimos una utilidad estándar
cuando Dios me creó él me creó
cuando Dios creó al mono estaba amodorrado
cuando él creó a la jirafa estaba borracho
cuando él creó los narcóticos estaba drogado
y cuando él creó el suicidio cayó bajo
cuando él te creo a ti recostada en la cama
él sabía lo que estaba haciendo
estaba borracho y estaba drogado
y creó las montañas y el mar y el fuego al mismo tiempo
cometió algunos errores
pero cuando te creó recostada en la cama
se vino sobre todo su bendito universo
a la puta que se robó mis poemas
algunos dicen que en un poema deberían ocultarse los
remordimientos personales,
mantenerlo abstracto, y para esto hay algunas razones,
pero jesús;
doce poemas perdidos y no guardo copias y tienes
también
mis pinturas, las mejores; es agobiante:
¿intentas acabar conmigo como con el resto de ellos?
¿por qué no tomaste mi dinero? comúnmente lo hacen,
de mis pantalones para dormir alcoholizados y nauseabundos en la esquina.
la próxima vez llévate mi brazo izquierdo o un billete de cincuenta
pero no mis poemas:
no seré Shakespeare
pero un día simplemente
no habrán más, abstractos o de otra clase;
siempre habrá dinero y putas y ebrios
hasta que caiga la última bomba,
pero como diría Dios,
cruzándose de piernas,
veo que he creado demasiados poetas
pero no tanta
poesía.
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