cuando esperas que el amanecer se arrastre por detrás del biombo para
quitarte la vida como un ladrón
la serpiente se arrastraba fuera de
la madriguera,
y me dijo,
cuéntame de
ti.
y
le respondí,
fui abatido
hace mucho
en un callejón
en otro
mundo.
y me dijo,
todos
nos parecemos a los cerdos
azotados durante un trecho del
camino,
nuestros
cerebros de grama
cantando
se dirigen hacia la
espada.
por
dios,
le contesté,
tú sí que eres
extraña.
[entonces] nos
sentamos
a fumar
cigarrillos
a las
5
de la madrugada.
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